domingo

Baños de hierbas de la abuela



Si te sientes con el anima perdida ¡te voy a dar un remedio mi niña linda!
Junta un poco de agua de lluvia y deja que las estrellas se viertan en cada gota que llena tu olla.
Ponla a hervir a fuego lento y cuéntale a ellas tus anhelos.

Pon un puñadito de rosas blancas y otro poco de flores rojas para conectar con tu deseo.
Agrégale a esa agua un poco de miel y unos trozos de canela. Eso te ayudara a endulzarte el alma.

Corta unas cuantas lavandas, un poco de hierba buena y jazmines para que los nervios se calmen y te sientas relajada.

Si te sientes afligida e inflamada puedes agregar caléndula y árnica, y si tienes ponle también un ramita de romero.

Nada desinflama mejor que las hierbas de olor.
Y para hacer una limpieza profunda también vas a ponerle ruda y contrayerba ellas se encargan de curarte de la tristeza, ellas se llevan a la profundidad de la tierra todo eso que a ti te molesta.

Cuando la salvia de todas esas plantas y flores esté cociéndose, habla con ellas que siempre te escuchan, cuéntales que te aqueja.

Cuéntales esa pena que llevas cargando en la espalda.

Apaga el fuego y viértele agua fresca, y así tibia y perfumada ve poniéndola en tu cuerpo.

Te aconsejo que comiences por la cabeza, que las plantas limpien tu mente de esos pensamientos. Que purifiquen tus recuerdos y que se aclare tu mirada. Ve poniendo un poco en tu corazón, en tu pecho, en tu vientre, puedes sentir cómo esa agua perfumada te va aligerando la carga.
Si tienes que llorar, llora, ahora estás acompañada.

Siente como todos esos seres te bañan, te purifican y te limpian hasta el alma. Envuélvete en una sábana y ve a reposar, acostada en tu cama. Ya verás mi niña como las plantas levantan tu anima. Cuando abras los ojos renacerás sintiéndote renovada.

Te vas a conectar con toda tu fuerza olvidada.

Acude a las plantas, cuando tengas perdida la mirada.

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