miércoles

Mujer Salvaje




Los cuentos de hadas, los mitos y los relatos proporcionan interpretaciones que aguzan nuestra visión y nos permiten distinguir y reencontrar el camino trazado por la naturaleza salvaje. Las enseñanzas que contienen nos infunden confianza: el camino no se ha terminado sino que sigue conduciendo a las mujeres hacia el conocimiento cada vez más profundo de sí mismas. Los senderos que todos seguimos son los del Yo instintivo innato y salvaje.
La llamo la Mujer Salvaje porque estas dos palabras en concreto, "mujer" y "salvaje", son las que crean el llamar o tocar a la puerta, la mágica llamada a la puerta de la profunda psique femenina. Llamar o tocar a la puerta significa literalmente tañer el instrumento del nombre para hacer que se abra una puerta. Significa utilizar unas palabras que dan lugar a la abertura de un pasadizo. Cualquiera que sea la cultura que haya influido en una mujer, ésta comprende intuitivamente las palabras "mujer" y "salvaje".



 Quizá tengas que obtener lo que quieres
 Para descubrir que eso no es suficiente.

 Quizá tengas que perder lo que tienes
 Para descubrir que eso nunca fue tuyo.

 Quizá tengas que perder toda tu esperanza 
Para abrirte a todas las posibilidades que tiene la vida.

 Quizá tengas que sentir una tristeza más profunda
Para descubrir una alegría que no tiene opuesto.

 Quizá tengas que fracasar
 Para descubrir que no puedes fracasar.

 - Jeff Foster

Dicen que me volví loca





 Dicen por ahí que me volví loca. Qué ando sonriente, que me brillan los ojos. Que converso con las flores y bailo en mi jardín.
Dicen por ahí que creo en hadas y ángeles. Que les abro las puertas y ventanas en las mañanas y les doy la bienvenida para que inunden mi hogar de luz, alegría y bendiciones.
Dicen por ahí que hablo de “raros asuntos” como trascendencia, estar en el presente, energía, inmortalidad, sanación, conciencia.
Dicen por ahí que me volví loca. Que no me rigen agendas ni horarios. Que a las comidas en mi mesa también les hablo y les digo: “Divino Sustento ¿Qué haces afuera? ¡Vamos pa´ dentro!”
Que todo me parece bien, perfecto, sincrónico, que a lo adverso le busco lo bueno,
Que le abro las puertas por igual a budistas, evangélicos, testigos de Jehová y nueva era.
Que doy gracias cuando llueve y cuando hace sol. Que doy gracias cuando llega el transporte y cuando me toca ir un ratito a pié y otro andando.
Que lavo la ropa cantando y es igual cuando cocino, limpio y ordeno.
Que... ¿Cómo es eso de que las flores me “chismean” lo que a la gente les pasa...?
¡Pero me siento tan cuerda y tan dichosa! ¿Será contagiosa la locura?

- Conny Mendez-

Nos hicieron creer





Nos hicieron creer que el ‘gran amor’, sólo sucede una vez, generalmente antes de los 30 años. No nos contaron que el amor no es accionado, ni llega en un momento determinado.

 Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas, la responsabilidad de completar lo que nos falta.

 Nos hicieron creer en una fórmula llamada ‘dos en uno’: dos personas pensando igual, actuando igual, que era eso lo que funcionaba. No nos contaron que eso tiene nombre: anulación. Que sólo siendo individuos con personalidad propia, podremos tener una relación saludable.

 Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio y que los deseos fuera de término, deben ser reprimidos. Nos hicieron creer que los lindos y flacos son más amados. Y ahí, cuando estés muy ‘enamorado de ti mismo, vas a poder ser muy feliz y te vas a enamorar de alguien’.

 Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor… aunque la violencia se practica a plena luz del día.

 - John Lennon
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Destruyendo al projimo/del guerrero de la luz

Malba Tahan ilustra los peligros de la palabra: una mujer tanto fue pregonando que su vecino era un ladrón, que el muchacho acabó preso. Días después, descubrieron que era inocente; lo soltaron y él procesó a la mujer. -Hacer unos comentarios no es algo tan grave - dijo ella al juez. -De acuerdo -respondió el magistrado- . Hoy, al regresar a su casa, escriba todo lo que habló mal sobre el joven, después pique el papel y vaya tirando los trocitos por el camino. Mañana vuelva para escuchar la sentencia. La mujer obedeció y volvió al día siguiente. -Está perdonada si me entrega los pedazos de papel que tiró ayer. En caso contrario, será condenada a un año de prisión- declaró el magistrado. -Pero eso es imposible! ¡El viento ya ha dispersado todo! -De la misma manera, un simple comentario puede ser esparcido por el viento, destruir el honor de un hombre y después es imposible arreglar el mal ya hecho. Y envió a la mujer a la cárcel.

Celia Cruz, nos canta sobre las yerbitas

Respeto por las religiones y filosofias de otros