Mostrando entradas con la etiqueta Hechicero. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Hechicero. Mostrar todas las entradas

lunes

El Hechicero



El Hechicero se sentó en su casa y esperó.
Sabía que alguien especial vendría ese día.
Sus sueños le habían dicho que esa persona sería de gran ayuda para su Pueblo, aunque el hombre se había criado en una cultura diferente.
 Este Hombre Sagrado no se asombró cuando uno de los pobladores, que vivía cerca, acudió montado a caballo.
El Hechicero lo recordaba; le caía bien.
Unas lunas atrás el hombre había defendido a un miembro de la Tribu de unas acusaciones injustas.

Después de fumarse una Pipa, empezaron a hablar: El joven quedó desconcertado cuando el Hechicero empezó a reírse, rodando por el suelo.
El viejo se reía tanto que incluso lloró.
Cuando finalmente el Sabio pudo hablar de nuevo, contestó: Ya veo ahora porqué pensaís que vuestra raza está a veces curiosamente atrasada.
En nuestras Enseñanzas decimos: Todos son llamados y escogidos, ¡pero pocos escuchan o encuentran el valor para ponerse a hacer algo!.


Related Posts with Thumbnails
Related Posts with Thumbnails

Destruyendo al projimo/del guerrero de la luz

Malba Tahan ilustra los peligros de la palabra: una mujer tanto fue pregonando que su vecino era un ladrón, que el muchacho acabó preso. Días después, descubrieron que era inocente; lo soltaron y él procesó a la mujer. -Hacer unos comentarios no es algo tan grave - dijo ella al juez. -De acuerdo -respondió el magistrado- . Hoy, al regresar a su casa, escriba todo lo que habló mal sobre el joven, después pique el papel y vaya tirando los trocitos por el camino. Mañana vuelva para escuchar la sentencia. La mujer obedeció y volvió al día siguiente. -Está perdonada si me entrega los pedazos de papel que tiró ayer. En caso contrario, será condenada a un año de prisión- declaró el magistrado. -Pero eso es imposible! ¡El viento ya ha dispersado todo! -De la misma manera, un simple comentario puede ser esparcido por el viento, destruir el honor de un hombre y después es imposible arreglar el mal ya hecho. Y envió a la mujer a la cárcel.

Celia Cruz, nos canta sobre las yerbitas

Respeto por las religiones y filosofias de otros