viernes

WICCA

 



Queridos lectores: 
Voy a hacer una aclaración, me preguntan si dicto clases o cursos de WICCA, pues no. 
No pertenezco a la religión WICCA. 

Los que me conocen saben que pertenezco a otra religión, y considero que quién elige una religión es porque así lo siente, porque tiene fe en ella, porque cree y está a gusto y orgulloso de la misma. 

Si vendo productos wicca, es porque en la tienda vendo artículos de todos los cultos y religiones, además de regalería esotérica,  nada más eso. 
Mi religión es yoruba tiene sincretismo con la Religión Católica. Creo en Dios todopoderoso. Para mi, una religión no es moda. 

Leo con pena algunas páginas de Católicos o creyentes de alguna rama de las religiones Afroamericanas, Umbanda, Kimbanda, Candomble, Santería, Palo Monte Kimbisa, etc, que ahora dicen ser Wiccanos, no podrían ser Wicca, ya que éstos aborrecen la iglesia, no creen en Dios, detestan al papa y no se cuelgan rosarios, ni creen en santos católicos ni Orishas. 
Dicen ser brujas blancas, que solo hacen el bien, pero al parecer ya hay páginas que "enseñan " trabajos "oscuros copiados de cualquier sitio. 

Se que esto también pasará, como pasaron otros que tomaron el tarot, las religiones, la magia como una moda o una salida laboral. Vi empezar a muchos y quedarse en el camino. 
El tema no es llegar, llegar adonde? el tema es mantenerse. Es una filosofía de vida. 
No se trata de apurarse y querer ser mejor, mejor que quién? mejor que qué? 
Si todos estamos para evolucionar, para ser mejores, de eso se trata.

Las religiones se respetan, cada uno es dueño de elegir. 
Lo que es irrespetuoso, inmoral, casi un despropósito, es mezclar estas religiones nada mas que para lucrar. 
Los Orishas son los que pasarán factura a los que estén haciendo estas locuras, los ancestros, los ángeles de la guarda. No nosotros, los humanos. 




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Malba Tahan ilustra los peligros de la palabra: una mujer tanto fue pregonando que su vecino era un ladrón, que el muchacho acabó preso. Días después, descubrieron que era inocente; lo soltaron y él procesó a la mujer. -Hacer unos comentarios no es algo tan grave - dijo ella al juez. -De acuerdo -respondió el magistrado- . Hoy, al regresar a su casa, escriba todo lo que habló mal sobre el joven, después pique el papel y vaya tirando los trocitos por el camino. Mañana vuelva para escuchar la sentencia. La mujer obedeció y volvió al día siguiente. -Está perdonada si me entrega los pedazos de papel que tiró ayer. En caso contrario, será condenada a un año de prisión- declaró el magistrado. -Pero eso es imposible! ¡El viento ya ha dispersado todo! -De la misma manera, un simple comentario puede ser esparcido por el viento, destruir el honor de un hombre y después es imposible arreglar el mal ya hecho. Y envió a la mujer a la cárcel.

Celia Cruz, nos canta sobre las yerbitas

Respeto por las religiones y filosofias de otros