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jueves

MBURUCUYA PASIFLORA

 




Pasiflora Flor de Mburucuyá 

 El nombre de "Flor de la Pasión" se lo pusieron los Jesuitas españoles al ver una semejanza entre los elementos de la flor y diversos instrumentos de la Pasión de Cristo. 
Cada parte de la flor, desde la hoja hasta el tallo, parecía estar diseñada para este propósito. Enseñaron a los nativos que la hoja era el símbolo de la lanza, y las cinco anteras, las cinco llagas; de este modo, los mexicanos conversos la llamaron Flor de las Cinco Llagas. 
Los zarcillos eran como los látigos, y la columna del ovario, el pilar de la cruz. 
Los estambres simbolizaban los martillos y los círculos oscuros del centro de la flor, la corona de espinas. El cáliz representaba el nimbo y las flores blancas denotaban pureza, mientras que las azules, el cielo. Los tres días que dura la vida de la flor significaban que “El Hijo del Hombre estará tres días y tres noches en el hogar de la Tierra”. 

 Tiene efectos sedantes del sistema nervioso y cardiaco. Es antiespasmódico gastrointestinal y tiene propiedades miorrelajantes. Se aplica para reducir la ansiedad, el insomnio, la hipertensión, los trastornos menopáusicos, la taquicardia, la hiper-excitación nerviosa y los dolores espasmódicos intestinales. Es útil en el tratamiento de las úlceras gastro-duodenales y alivia contracturas musculares como la tortícolis y el lumbago. 

Un día, traje un gajito de esta enredadera o trepadora, y la puse en agua, al poco tiempo brotó, la pasé a una maceta pequeña y creció en mi cocina. Al tiempo la trasplanté, y hoy tengo una hermosa planta.
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Destruyendo al projimo/del guerrero de la luz

Malba Tahan ilustra los peligros de la palabra: una mujer tanto fue pregonando que su vecino era un ladrón, que el muchacho acabó preso. Días después, descubrieron que era inocente; lo soltaron y él procesó a la mujer. -Hacer unos comentarios no es algo tan grave - dijo ella al juez. -De acuerdo -respondió el magistrado- . Hoy, al regresar a su casa, escriba todo lo que habló mal sobre el joven, después pique el papel y vaya tirando los trocitos por el camino. Mañana vuelva para escuchar la sentencia. La mujer obedeció y volvió al día siguiente. -Está perdonada si me entrega los pedazos de papel que tiró ayer. En caso contrario, será condenada a un año de prisión- declaró el magistrado. -Pero eso es imposible! ¡El viento ya ha dispersado todo! -De la misma manera, un simple comentario puede ser esparcido por el viento, destruir el honor de un hombre y después es imposible arreglar el mal ya hecho. Y envió a la mujer a la cárcel.

Celia Cruz, nos canta sobre las yerbitas

Respeto por las religiones y filosofias de otros