domingo

Registros Akáshicos De qué se trata

 



El akasha es una palabra sánscrita que significa «sustancia original». 
Es la energía o vibración destinada a conocerse a sí misma a través de un proceso de manifestación, modulándose, materializándose experimentado todas las posibilidades y guardando el registro de dicha experiencia en el lenguaje de la luz. 
¿QUÉ ES EL LENGUAJE DE LA LUZ?
 Los Registros Akáshicos están escritos con el lenguaje de la Luz, que es el lenguaje del más elevado sentimiento de Amor, y no pueden leerse mediante un proceso intelectual ni racional; a eso es a lo que se refiere la expresión «el lenguaje de la Luz». 
El lenguaje de la Luz es el lenguaje de la evolución de la vida. Uno de los principales objetivos de acceder a los RA es conocer y comprender la vida, la vida en general y la vida en particular, aprendiendo las leyes que rigen los acontecimientos que desde la intuición podemos percibir, pero que la razón, la mente lógica, se resiste a validar, porque apenas alcanza a comprender el lenguaje del corazón, el lenguaje de los sentimientos. 
Solo el corazón puede tener acceso al lenguaje de la luz, porque el impulso y el motor de la vida misma es el amor en sentido evolutivo. 
Pero evidentemente se necesita, es necesario, que este lenguaje sea entendible y válido para la mente, ya que es la mente la que puede asimilar, comprender, neutralizar, liberar, transmutar, todo lo que necesita el ser humano para alcanzar su principal objetivo: conocerse.


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Malba Tahan ilustra los peligros de la palabra: una mujer tanto fue pregonando que su vecino era un ladrón, que el muchacho acabó preso. Días después, descubrieron que era inocente; lo soltaron y él procesó a la mujer. -Hacer unos comentarios no es algo tan grave - dijo ella al juez. -De acuerdo -respondió el magistrado- . Hoy, al regresar a su casa, escriba todo lo que habló mal sobre el joven, después pique el papel y vaya tirando los trocitos por el camino. Mañana vuelva para escuchar la sentencia. La mujer obedeció y volvió al día siguiente. -Está perdonada si me entrega los pedazos de papel que tiró ayer. En caso contrario, será condenada a un año de prisión- declaró el magistrado. -Pero eso es imposible! ¡El viento ya ha dispersado todo! -De la misma manera, un simple comentario puede ser esparcido por el viento, destruir el honor de un hombre y después es imposible arreglar el mal ya hecho. Y envió a la mujer a la cárcel.

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