En la naturaleza está simbolizada por las olas del mar, por lo que su baile se asemeja el movimiento de las mismas.
Yemaya es la Orisha del río Oggùn que corre por Òyó y Abeokutá, en el territorio Nupe, luego se traslado a territorio Tapa, en Abeokutá, Ibadán y Shaki.
Representa la intelectualidad, la sapiencia y los caracteres cambiantes como el mar.
Yemaya cuando castiga es inflexible, es adivina por excelencia, le robó el okpele a Orula y este luego le entregó los caracoles (diloggún).
Ella es dueña de las aguas y el mar, fuente de toda la vida. Reina de Abeokutá.
Su nombre proviene del Yorùbá Yemòjá (Yeyé: madre – Omo: hijo - Eyá: Peces) literalmente madre de los peces.
Se dice que todos somos hijos de ella, por que por 9 meses nadamos como peces en la placenta de nuestra madre.
Hija de Olokun, por eso se la relaciona con el mar, fue esposa de Obbatala, Orunla, Aggayu, Babalu ayé, Orisha Oko y en uno de sus caminos de Oggun.
Hermana de Oshún.
Fue la madre de la mayoría de los Orishas y crió a los demás.
Yemayá es la madre de Shangó.
Si no es la madre carnal, lo adora como una madre. (Hay quien sostiene que Obatalá parió a Shangó y tuvo que abandonarlo porque era fruto del pecado.)
Parió a los 16 orishas.
Fue madre de Babalú Ayé, de Aggayú solá , de Orula y de Oggun.
Yemayá es tan vieja como Obatalá, y tan poderosa, que se dice que es la más poderosa, pero por su carácter arrebatado perdió la hegemonía del mundo, y se le dio el dominio de la superficie de los mares, que al moverse de derecha a izquierda, representa el movimiento de las olas, y el carácter de su personalidad.
Es indomable y astuta.
Sus castigos son duros y su cólera es terrible, pero justiciera.
Su nombre no debe ser pronunciado por quien la tenga asentada sin antes tocar la tierra con las yemas de los dedos y besar en ellos la huella del polvo.
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Es más temible y de mayor jerarquía que Oyá, la dueña del cementerio, de la centella y del vendaval, concubina de Chango.
«No hay más que una Yemayá», una sola con siete caminos o avatares.
Características de sus hijos: son voluntariosos, fuertes y rigurosos.
En ocasiones son impetuosos, arrogantes, maternales o paternales y serios.
Les gusta poner a prueba a sus amistades, se resienten de las ofensas y nunca las olvidan aunque las perdonen.
Aman el lujo, son justos aunque un tanto formulistas, porque tienen un sentido innato de las jerarquías.
Según la Santería, es el Orisha que más quiere y cuida a sus hijos.
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