Cuando has logrado la paz interior, sientes:
Una capacidad inconfundible de disfrutar cada momento.
Pérdida de interés en juzgar a otros y a ti mismo.
Pérdida de interés en interpretar las acciones de los demás.
Pérdida de interés en los conflictos.
Pérdida de interés en preocuparse.
Frecuentes desbordantes momentos de valoración.
Sentimientos dichosos de conexión con los otros y con la naturaleza.
Frecuentes ataques de sonrisas a través de los ojos del corazón.
Tendencia a dejar que las cosas sucedan en lugar de hacer que sucedan.
Tendencia a pensar y a obrar espontáneamente en lugar desde de el miedo a experiencias pasadas.
Receptividad al amor de los demás, así como la urgencia incontrolable de compartirlo.
Y sobre todo saber perdonar, saber amar y ser amado.
martes
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Destruyendo al projimo/del guerrero de la luz
Malba Tahan ilustra los peligros de la palabra: una mujer tanto fue pregonando que su vecino era un ladrón, que el muchacho acabó preso. Días después, descubrieron que era inocente; lo soltaron y él procesó a la mujer.
-Hacer unos comentarios no es algo tan grave - dijo ella al juez.
-De acuerdo -respondió el magistrado- . Hoy, al regresar a su casa, escriba todo lo que habló mal sobre el joven, después pique el papel y vaya tirando los trocitos por el camino. Mañana vuelva para escuchar la sentencia.
La mujer obedeció y volvió al día siguiente.
-Está perdonada si me entrega los pedazos de papel que tiró ayer. En caso contrario, será condenada a un año de prisión- declaró el magistrado.
-Pero eso es imposible! ¡El viento ya ha dispersado todo!
-De la misma manera, un simple comentario puede ser esparcido por el viento, destruir el honor de un hombre y después es imposible arreglar el mal ya hecho.
Y envió a la mujer a la cárcel.
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