¡La Suerte! Palabra mágica y quien emociona los espíritus más escépticos. Hay una gente que no cree en Dios ni en Diablo, sino que cree firmemente en la Suerte, en la buena y también en la mala suerte y en la mala suerte. Entonces la Suerte perfectamente existe, hasta podemos ¡Fijarla si huye, llamarle si se aleja y comprobarlo cuando acerca! ¿Pero cómo? Es allí aquel de lo que nuestros lectores van a enterarse. En lugar de darles profecías más o menos claras, informaciones psíquicas más o menos vagas, vamos a darles enseñanzas prácticas y positivas. Muchas Escuelas americanas dicen que la Suerte puede fijarse por un entrenamiento psíquico y una tensión especial de la voluntad. Venden muy caro libros donde estos datos son expuestos en traducciones más o menos exactas. E1 es el tiempo de volver a la tradición sana y de mostrar que si el dominio del Magnetismo personal se relaciona con la fijación de la Suerte, es sólo accesoriamente y de manera incierto. La Voluntad humana, en efecto, forma sólo uno de tres factores que dirigen la fijación o vuelta de la Suerte. La Providencia y la Fatalidad constituyen los dos otros elementos de acción que deberemos analizar y hacer lo más profundo. Si la Voluntad humana permite modificar la simpatía o la antipatía de los hombres y da, como consecuencia, una parte notable en la continuación de un período de Suerte de origen humano, el conocimiento de las relaciones secretos, las piedras Preciosas, vegetales y fuerzas de la Naturaleza permite dirigir o de prever el aumento de la Suerte normal de un individuo cualquiera. Por fin, el conocimiento de la realidad y de la extensión de las acciones morales y del llamamiento al plano divino, por ciertas oraciones todavía permite reconstituir la Suerte, descubriendo las causas de su ausencia para un hombre o para una familia y, algunas veces también, para pueblo. La Suerte es pues un problema verdadero, capaz de interesar a toda alma ávida cosas misteriosas como todo espíritu positivo y que desea darse cuenta del origen de las fuerzas terrestres.; es este problema y vamos a investigar, en este opúsculo, sus elementos constitutivos.
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