Una escultura tallada en madera de estos primates custodia la tumba del antiguo guerrero. Estos animalillos eran los encargados de juzgar el comportamiento de los humanos.
Siendo los tres un perfecto equipo: Kikazaru el que no oye, él es el encargado de observar el comportamiento y comunicarselo a Mizaru, el que no ve, él cual pero debe escuchar y comunicar a lo que le han contado a Iwazaru, el que no habla, él debe escuchar y observar que se cumpla el castigo decidido para los humanos.
Los nombres de estos simios son un juego de palabras en japonés. Originalmente el sustantivo ‘saru’ significa simio y los verbos ‘miru’ y ‘kiku’ los cuales significan ver y oír respectivamente.
Otra leyenda cuenta:
que los tres monos eran los mensajeros enviados por los dioses para delatar las malas acciones de los humanos con un conjuro mágico, con el cuál cada uno tenía dos virtudes y un defecto, y se representaban en el siguiente orden: el mono sordo, era el encargado de utilizar el sentido de la vista para observar a todo aquel que realizaba malas acciones para transmitirselo a Mizaru mediante la voz, el mono ciego no necesitaba su sentido de la vista, puesto que se encargaba de llevar los mensajes que le contaba el mono mudo que escuchaba los mensajes transmitidos por Mizaru para decidir la pena de los dioses que le caería al desafortunado y observar que se cumpliese.
No hay comentarios:
Publicar un comentario