viernes
Pensamientos de navidad....
Me gusta la sensación
de libertad que siento
cuando me quito la pesada
capa de críticas, miedo,
culpa, resentimiento
y vergüenza.
Entonces puedo perdonarme
a mí y perdonar a los demás.
Eso nos deja libres a todos.
Renuncio a darle vueltas
y más vueltas
a viejos problemas.
Me niego a seguir viviendo
en el pasado.
Me perdono por haber
llevado esa carga
durante tanto tiempo,
por no haber sabido
amarme a mí
ni amar a los demás.
Cada persona es responsable
de su comportamiento.
Así pues no necesito
castigar a nadie,
todos estamos sometidos
a las leyes de
nuestra propia conciencia,
yo también.
Continúo con mi trabajo
de limpiar las partes
negativas de mi mente
y dar entrada al amor.
Entonces me curo.
Louise L. Hay.
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Destruyendo al projimo/del guerrero de la luz
Malba Tahan ilustra los peligros de la palabra: una mujer tanto fue pregonando que su vecino era un ladrón, que el muchacho acabó preso. Días después, descubrieron que era inocente; lo soltaron y él procesó a la mujer.
-Hacer unos comentarios no es algo tan grave - dijo ella al juez.
-De acuerdo -respondió el magistrado- . Hoy, al regresar a su casa, escriba todo lo que habló mal sobre el joven, después pique el papel y vaya tirando los trocitos por el camino. Mañana vuelva para escuchar la sentencia.
La mujer obedeció y volvió al día siguiente.
-Está perdonada si me entrega los pedazos de papel que tiró ayer. En caso contrario, será condenada a un año de prisión- declaró el magistrado.
-Pero eso es imposible! ¡El viento ya ha dispersado todo!
-De la misma manera, un simple comentario puede ser esparcido por el viento, destruir el honor de un hombre y después es imposible arreglar el mal ya hecho.
Y envió a la mujer a la cárcel.
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