jueves
Radiestesia
El uso de péndulo para contestar a nuestras preguntas más urgentes, suele ser muy eficaz. No es necesario comprar uno en especial. Nosotros le enseñamos a hacer o y a utilizarlo correctamente,
La radiestesia es la capacidad de percibir ondas eléctricas que emanen de la naturaleza y de los hombres. Esta sensibilidad, que al¬gunos tienen muy desa¬rrollada, es la que permi¬te a los buscadores de agua, localizar el sitio donde extraerla. Estas personas se ayudan con una vara de avellano en forma de horquilla. En la antigüedad, la radiestesia se denominaba rabdomancia. Y no sólo se utilizaba con fines prácti¬cos, sino también, predictivos. Se empleaba, en lugar de la vara de ave¬llano, un péndulo. El péndulo respondía por sí o por no. Naturalmente, los sensitivos podían ex¬traer de sus movimientos una orientación precisa. Podemos hacer noso¬tros mismos el péndulo, le otorgaremos energías positivas y propias. Esto le conferirá más poder para ayudarnos a defen¬dernos de una corriente negativa o de una deci¬sión inapropiada ante cualquier situación que expongamos a su arbitrio.
Para hacerlo, se nece¬sita un sostén flexible que puede ser una cadenita o un hilo (preferen¬temente blanco, por su neutralidad). De ese sos¬tén, en un extremo se su¬jetará un cuerpo. Este puede ser de cualquier material: cristal, madera, plata, metal o plástico. Una vez unidos, ya pue¬de preguntarle.
Normas que deberá respetar
a) Manténgase física y mentalmente en condicio¬nes óptimas,
b) No use el péndulo en ambientes discordantes o negativos.
c) Evite la autosugestión; mantenga una actitud mental expectante, sin pretender influir en la res¬puesta,
d) Preste atención a la ropa; use el color blanco o tonos claros. Evi¬te las prendas muy ceñi¬das,
e) No use el péndulo después de la medianoche,
f) Aléjese de todo objeto que pueda actuar como antena: televisión, corrien¬tes eléctricas o elementos metálicos, para que no interfieran.
Para obtener una respuesta categórica
Este método puede aplicarlo, por ejemplo, ante los siguientes interrogantes: ¿él me ama? ¿me llamara por teléfono?, ¿me conviene pedir un aumento de sueldo? ¿voy a viajar?, o la pregunta que se le ocurra y que exija una respuesta contundente.
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Destruyendo al projimo/del guerrero de la luz
Malba Tahan ilustra los peligros de la palabra: una mujer tanto fue pregonando que su vecino era un ladrón, que el muchacho acabó preso. Días después, descubrieron que era inocente; lo soltaron y él procesó a la mujer.
-Hacer unos comentarios no es algo tan grave - dijo ella al juez.
-De acuerdo -respondió el magistrado- . Hoy, al regresar a su casa, escriba todo lo que habló mal sobre el joven, después pique el papel y vaya tirando los trocitos por el camino. Mañana vuelva para escuchar la sentencia.
La mujer obedeció y volvió al día siguiente.
-Está perdonada si me entrega los pedazos de papel que tiró ayer. En caso contrario, será condenada a un año de prisión- declaró el magistrado.
-Pero eso es imposible! ¡El viento ya ha dispersado todo!
-De la misma manera, un simple comentario puede ser esparcido por el viento, destruir el honor de un hombre y después es imposible arreglar el mal ya hecho.
Y envió a la mujer a la cárcel.
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