lunes
La verdad
Una palabra mágica que lo dice todo…pero…. ¿qué es la verdad?.... Se supone que es la palabra que se acondiciona a lo real, es decir aquello que el humano interioriza para hacerse con lo real…. pero ¿qué es lo real?, lo definimos como lo que es, lo que existe… pero por último ¿qué es el ser? Cualquier discurso filosófico, mítico, religioso o poético jamás podrá dar una explicación última de la verdad, como tampoco de lo real, ni del ser, porque la palabra queda corta para aquello que es inefable, inconceptuable, incategorizable, irracional. El lenguaje humano y su logos es solo una herramienta para la subsistencia. Decir “yo tengo la verdad” es la más vil mentira, propia de los ignorantes, porque la palabra no puede abarcar el misterio de lo desconocido, además el yo no existe, es una ilusión de los megalómanos. Y no se trata aquí de afirmar el dualismo verdad/mentira, porque la única verdad es que nadie es poseedor de la verdad, y decir “yo tengo la verdad” es una mentira.
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Destruyendo al projimo/del guerrero de la luz
Malba Tahan ilustra los peligros de la palabra: una mujer tanto fue pregonando que su vecino era un ladrón, que el muchacho acabó preso. Días después, descubrieron que era inocente; lo soltaron y él procesó a la mujer.
-Hacer unos comentarios no es algo tan grave - dijo ella al juez.
-De acuerdo -respondió el magistrado- . Hoy, al regresar a su casa, escriba todo lo que habló mal sobre el joven, después pique el papel y vaya tirando los trocitos por el camino. Mañana vuelva para escuchar la sentencia.
La mujer obedeció y volvió al día siguiente.
-Está perdonada si me entrega los pedazos de papel que tiró ayer. En caso contrario, será condenada a un año de prisión- declaró el magistrado.
-Pero eso es imposible! ¡El viento ya ha dispersado todo!
-De la misma manera, un simple comentario puede ser esparcido por el viento, destruir el honor de un hombre y después es imposible arreglar el mal ya hecho.
Y envió a la mujer a la cárcel.
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