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Los valores

Tomado de El libro de los valores,autor:Villapalos Salas, Gustavo




El tesoro de los valores no está formado por dinero, sino por un conjunto de potencias que todo ser humano debe desarrollar y que constituyen su verdadera riqueza. Nos referimos a la honestidad, la tolerancia, la libertad, el agradecimiento, la perseverancia, la solidaridad, la bondad, la justicia, la amistad, la responsabilidad, la lealtad, el respeto, la dignidad, la fortaleza, la generosidad, la laboriosidad, la humildad, la prudencia y la paz. Estos son los indicadores de nuestra condición humana.



El valor de los valores…

La palabra valor viene del latín valor, valere (fuerza, salud, estar sano, ser fuerte). Cuando decimos que algo tiene valor afirmamos que es bueno, digno de aprecio y estimación. En el campo de la ética y la moral (cuyas definiciones veremos más adelante) los valores son cualidades que podemos encontrar en el mundo que nos rodea. En un paisaje, por ejemplo (un paisaje hermoso), en una persona (una persona solidaria). en una sociedad (una sociedad tolerante), en un sistema político (un político justo), en una acción realizada por alguien (una acción buena), y así sucesivamente.

De los valores depende que llevemos una vida grata, alegre, en armonía con nosotros mismos y con los demás, una vida que valga la pena vivirla y en la que podamos desarrollamos plenamente como personas.



Clasificación de los valores


Aunque son complejos y de varias clases, todos los valores coinciden en que tienen como fin último mejorar la calidad de nuestra vida.
La clasificación más extendida es la siguiente:


-Valores biológicos. Traen como consecuencia la salud, y se cultivan mediante la educación física e higiénica.


-Valores sensibles. Conducen al placer, la alegría, el esparcimiento.


-Valores económicos. Nos proporcionan todo lo que nos resulta útil; son valores de uso y de cambio.


-Valores estéticos. Nos muestran la belleza en todas sus formas.


-Valores intelectuales. Nos hacen apreciar la verdad y el conocimiento.


-Valores religiosos. Nos permiten alcanzar la dimensión de lo sagrado.


-Valores morales. Su práctica nos acerca a la bondad, la justicia, la libertad, la honestidad, la tolerancia, la responsabilidad, la solidaridad, el agradecimiento, la lealtad, la amistad y la paz, entre otros.



Los valores morales, una cuestión de humanidad


De la anterior tabla de valores, los más importantes son sin duda los morales, ya que son éstos los que les dan sentido y mérito a los demás. De poco sirve tener muy buena salud, ser muy creyente o muy inteligente o vivir rodeado de comodidades y objetos bellos si no se es justo, bueno, tolerante u honesto, si se es una mala persona, un elemento dañino para la sociedad, con quien la convivencia es muy difícil. La falta de valores morales en los seres humanos es un asunto lamentable y triste precisamente por eso, porque los hace menos humanos.



¿Para qué sirven los valores?


Los valores morales son los que orientan nuestra conducta, con base en ellos decidimos cómo actuar ante las diferentes situaciones que nos plantea la vida. Tienen que ver principalmente con los efectos que tiene lo que hacemos sobre las otras personas, sobre la sociedad o sobre nuestro medio ambiente en general. De manera que si deseamos vivir en paz y ser felices, debemos construir entre todos una escala de valores que facilite nuestro crecimiento individual para que, a través de él, aportemos lo mejor de nosotros a una comunidad que también tendrá mucho para damos.
Son, pues, tan humanos los valores, tan necesarios, tan deseables, que lo más natural es que queramos vivirlos, hacerlos nuestros, defenderlos donde estén en peligro o inculcarlos donde no existan. En este punto es donde intervienen la moral y la ética.



Valores, moral y ética

Los significados de las palabras moral (del latín mores, costumbres) y ética (del griego ethos, morada, lugar donde se vive) son muy parecidos en la práctica. Ambas expresiones se refieren a ese tipo de actitudes y comportamientos que hacen de nosotros mejores personas, más humanas. Si bien la moral describe los comportamientos que nos conducen hacia lo bueno y deseable, y la ética es la rama filosófica que reflexiona sobre dichos comportamientos, tanto una como otra nos impulsan a vivir de acuerdo con una elevada escala de valores morales.
Los antivalores: la otra cara de la moneda

Así como hay una escala de valores morales también la hay de valores inmorales o antivalores. La deshonestidad, la injusticia, la intransigencia, la intolerancia, la traición, el egoísmo, la irresponsabilidad y la indiferencia son ejemplos de estos antivalores que rigen la conducta de las personas inmorales. Una persona inmoral es aquélla que se coloca frente a la tabla de valores en actitud negativa, para rechazarlos o violarlos. Es lo que llamamos una "persona sin escrúpulos", fría, calculadora, insensible al entorno social.

El camino de los antivalores es a todas luces equivocado porque no sólo nos deshumaniza y nos degrada, sino que nos hace merecedores del desprecio, la desconfianza y el rechazo por parte de nuestros semejantes, cuando no del castigo por parte de la sociedad.

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