domingo
Primer violin a Oshum
Maferefùn Oshum, hoy y todos los dias de mi vida!!
Aurelia Crespo-
el primer violín a Oshún, es una investigación realizada en el año 2006, por un equipo de investigadores integrado por la Lic. Marlene A. Lovio Díaz, especialista de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Matanzas, el Lic. Andrés Rodríguez Reyes, museólogo del Castillo San Severino, Museo de la Ruta del Esclavo y el iniciado en la religión yoruba Jorge Luis Molina Rodríguez, como un homenaje a la difunta santera de Matanzas Aurelia Crespo, una de las iniciadas anónimas que ha hecho historia al iniciar una tradición ritual festiva en una de las religiones populares más difundidas en Cuba, la Regla de Ocha o Santería cubana.
Este trabajo se presentó en el Taller Científico Atenas y el Evento Orígenes efectuados en Matanzas, así como en el Festival de Raíces africanas Wemilere 2006, en Guanabacoa, La Habana, donde obtuvo mención.
El violín dedicado a Oshún, orisha considerada la dueña del oro y de las aguas del río, que también simboliza la alegría, dulzura y la sensualidad femenina, es una ceremonia ritual festiva de esencia mágico religioso de origen africano.
Aurelia Crespo a quien se le concede el privilegio del ofrecimiento del primer violín a Oshún, el 12 de septiembre de 1941, en la calle San Rafael esquina San Diego, en la barriada de Pueblo Nuevo, en Matanzas, nació el 9 de junio de 1909, en Corral Falso, un poblado de la Atenas de Cuba. Era huérfana de madre, vino desde pequeña para Matanzas y de joven trabajó en la fábrica La Jarcia. Sus dones espirituales, la consagraron a su santa la Caridad del Cobre, a la que dedicó toda su vida. Su nombre de santo era Oshún Miguá. Su padrino fue el Obbá José Arrondo (Shangó) y su ayigbona Liduvina Lauzurique (Oshún). Su esposo el Obbá Guillermo Diago (Shangó).
La curación de una niña muy enferma, hija de un médico de buena posición, hizo que en agradecimiento el beneficiado le ofreciera como obsequio una casa, que constituía un solar, del cual formaba parte el cuartito donde ella vivía.
Después fue conocida como la millonaria, por su elegancia al vestir y la calidad de sus actividades festivas, con el apoyo y el amor brindado por sus muchísimos ahijados. Es importante destacar que Aurelia nunca bailó sin zapatos, sus trajes eran confeccionados por sus ahijados y con ellos las zapatillas del mismo color del vestido.
Sus violines no sólo resaltaban por la calidad del ritual, el baile, y la claridad con que su santo prevenía el presente y el futuro; sino también por la particularidad de la celebración donde también participaban orquestas bailables de renombre como: la orquesta Oro, Lira matancera, Los hermanos Hernández, Alfaro Pérez y el cuarteto Los Cuatro, entre otras, para el disfrute de todos los invitados; después del ritual al santo. Todo esto se efectuaba en la Calle San Diego entre San Rafael y Calzada Esteban, a un costado de su casa. Estos festejos se repitieron a partir de aquel entonces, y han quedado en la memoria de todos los que estuvieron presentes en los mismos.
Aurelia muere el 29 de septiembre de 1977, a la edad de 68 años, de una enfermedad llamada Pasión de Ánimo. Sus ojos que vieron tan lejos dejaron de ver la luz, murió ciega.
El uso de los violines y su música como base rítmica difiere de otras ceremonias rituales festivas de la Regla de Ocha, las que emplean solamente instrumentos de percusión (tambores rituales consagrados) construidos según modelos africanos. De manera integral e indivisible se manifiestan diferentes vehículos de la religiosidad: acciones mágico-religiosas, cantos, bailes, rezos, objetos de culto, vestuarios, bebidas, conocimiento al muerto, comida al santo, preparación del trono, preparación de la plaza y el propio violín.
Se destaca en su tradición la presencia de cinco hijas de Oshún frente al trono con sus abanicos, el perfume, flores, la utilización de violines (2 ó 5), shello, en ocasiones acompañamiento de piano, y del serrucho, utilizado como instrumento musical, no tocado por muchas personas; aquí era interpretado por el músico Mario Fernández (violinista ya fallecido).
En honor a la orisha festejada, en los violines se interpretaba el “Ave María” (para abrir y cerrar la actividad), música clásica con vals y canciones rituales a Oshún. Bajo la melodía ocurrían los estados de posesión entre las iniciadas, las cuales no bailaban sino trabajaban, o sea, desplegaban su actividad religiosa entre los presentes, personificando a la propia orisha Oshún.
Como tradición en Aurelia, específicamente en la preparación de la plaza, sobresalen las ofrendas de dulces finos, en especial del “capuchino”, “cabezotes”, “panetelas borrachas”; no se ofrecían dulces caseros.
Esta práctica se ha mantenido de generación en generación por sus familiares, ahijados y por los ahijados de los ahijados; sólo ha variado la parte de la presentación de las 5 hijas de Oshún frente al trono y en las interpretaciones orquestales en la calle.
Desde Matanzas y a la memoria de esta difunta santera y al primer violín a Oshún está dedicado este artículo.
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Destruyendo al projimo/del guerrero de la luz
Malba Tahan ilustra los peligros de la palabra: una mujer tanto fue pregonando que su vecino era un ladrón, que el muchacho acabó preso. Días después, descubrieron que era inocente; lo soltaron y él procesó a la mujer.
-Hacer unos comentarios no es algo tan grave - dijo ella al juez.
-De acuerdo -respondió el magistrado- . Hoy, al regresar a su casa, escriba todo lo que habló mal sobre el joven, después pique el papel y vaya tirando los trocitos por el camino. Mañana vuelva para escuchar la sentencia.
La mujer obedeció y volvió al día siguiente.
-Está perdonada si me entrega los pedazos de papel que tiró ayer. En caso contrario, será condenada a un año de prisión- declaró el magistrado.
-Pero eso es imposible! ¡El viento ya ha dispersado todo!
-De la misma manera, un simple comentario puede ser esparcido por el viento, destruir el honor de un hombre y después es imposible arreglar el mal ya hecho.
Y envió a la mujer a la cárcel.
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